Decálogo para una presentación que capte la atención.

lunes, 12 de marzo de 2018|1:25

Iniciamos una muy necesaria serie de post destinados a la identificación de las principales claves para realizar una presentación en público. Para ello os proponemos las primeras 9 ideas que consideramos referentes para afrontar con éxito una presentación:

1. Conoce a la audiencia y empatiza con ella
2. Elabora un guión: infoxicación vs relevancia
3. Potencia la comunicación verbal: energía y entusiasmo
4. Identifica tu comunicación no verbal: naturalidad y autogestión de las emociones
5. Quítale relevancia a los soportes y emplea solamente información muy visual
6. Repite conceptos clave
7. Deja tu marca personal
8. Ensaya y repite
9. Dale importancia al tiempo de reposo
10. ….


Pero como cada persona tenemos nuestras herramientas y recursos que nos permiten salir airosos ante una presentación y gran parte de ellas se basan en nuestra propia experiencia y  por supuesto en la prueba-error, queríamos dejar en blanco el punto 10 de este decálogo para sumar aquellas claves que los/as lectoras quieran aportar y que consideren que no han quedado reflejadas en nuestra propuesta.

Abordando el primer punto de nuestro decálogo, en el planteamiento inicial de una presentación surgen una serie de cuestiones que debemos responder cuanto antes:

¿A quién nos dirigimos?
¿Cómo podemos saber cuál es su interés y motivación en la temática?
¿Cómo debemos orientar nuestra presentación aunando sus expectativas y nuestros intereses?

Conocer y al menos aproximarnos a dar respuesta a estas preguntas nos permite centrar la presentación ya que tanto si son presentaciones con fines divulgativos, comerciales o formativos  el propósito último de todas ellas va a ser captar la atención de la audiencia.

La clave de toda presentación está en elaborar un buen guión. Por un lado debemos tener en cuenta la necesidad de ajustarse a los requerimientos de la entidad organizadora (finalidad de la presentación, duración, tono de la misma: formal o informal)  o al tiempo disponible de las personas que nos escuchan.  Y por otra parte,  es relevante diferenciar lo importante de lo accesorio, ya que el exceso de información simplemente supone la desconexión del escuchante perdiendo el foco de lo que buscamos, que es obtener su atención.

Una vez tenemos un borrador de lo que queremos contar, la comunicación de nuestro mensaje requiere de una clara conexión entre lo que se expresa (de forma verbal y no verbal) y el posible soporte empleado para la comunicación (power point, keynote, reveal, impress, prezi, google slides, canva, emaze, visme, haiku deck…).

El soporte es una guía y como tal simplemente sirve para mantener el guión y reforzar los mensajes relevantes. Por tanto, el peso está en el discurso. Emplear el Story Telling o cualquier otra fórmula que permita poner a la audiencia en el centro de la charla, que se sienta implicada y forme parte de lo que se está contando pero sin desviarse de los fines que tiene la presentación. Para ello es preciso emplear un lenguaje claro y directo unido, si se quiere, a un soporte impactante a través de imágenes, gráficos y datos numéricos que son más fáciles de recordar.

Incidiremos en próximos post sobre la importancia de la comunicación verbal y no verbal y de la marca personal y esperamos sugerencias y comentarios para sumarlos al decálogo propuesto inicialmente.



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