Si estás leyendo este post es muy probable que seas
emprendedor/a o que te estés planteando seriamente esta opción. En ambos casos,
mi enhorabuena, lo más difícil ya ha pasado, has formulado la primera pregunta.
A partir de aquí el orden lógico de tus cuestiones podría ser:
1. ¿Tengo una idea?
2. ¿Puede ser un negocio?
3. ¿Puedo ponerla en marcha solo/a o cuento con un equipo que la respalda?
Las siguientes preguntas ya no se responderían con monosílabos:
4. ¿La tecnología/conocimiento está próximo a las necesidades del mercado?
5. ¿He identificado a mi clientela?
6. ¿Qué tipo de competencia encontraré?
7. ¿Puedo definir de forma clara mi modelo de negocio?
8. ¿Cuántos recursos necesito para poder iniciar el proyecto?
Y así un suma y sigue continuo por lo que en este
momento, al igual que yo, ya sufres de un terrible vértigo que te impide seguir
leyendo, vértigo según las 4 acepciones de la
RAE.
Tod@s hemos sufrido “este mal de altura” en algún momento. Pero el vértigo
no se puede considerar miedo o duda, sino un primer paso para la toma de
decisiones.
En “la montaña rusa emprendedora” la necesidad de
tomar decisiones abruma. Y aunque seas consciente de que ese paso adelante va a
traerte grandes alegrías, es inevitable tratar de dar un paso atrás para
alejarse del borde del precipicio.
Y ahora sería el momento perfecto para que te plantee
una solución mágica, pero éstas no existen así que te propongo una vía
intermedia, una alternativa que te permita seguir luchando por tu proyecto:
Coge tu idea y sal a la calle!
Sí, algo que parece tan evidente pero que a veces se
nos olvida, tu producto/servicio mejora cada vez que alguien te hace una
crítica o reflexiona sobre sus usos, o simplemente no lo entiende y requiere de
una explicación clara y concreta, eliminando términos técnicos o conceptos
dados por supuesto. En ese momento estamos aprendiendo. Pregúntale a tu gente
más cercana, a desconocidos, a expertos en la materia… pregúntales y pregúntate
a ti mismo cuántas respuestas puedes dar.
Comprométete con tu proyecto, con voluntad, mucho
esfuerzo y sobre todo honestidad, conseguirás que te escuchen.
Y si quieres más pues Grita! (canción de Jarabe de
Palo que me recuerda que si buscas, siempre encuentras un apoyo, alguien que
crea en ti).
Apoyo tu recomendación, Nuria, yo lo he hecho recientemente (salir a la calle a preguntar) y ha sido una experiencia muy reveladora.
ResponderEliminarCreo que lo importante es ir con un espíritu abierto; intentar comprender, en lugar de convencer. Luego hay que dejar que lo que se ha visto y oído repose y se asiente en nuestro interior. Si se hace bien, puede ser una herramienta muy eficaz, planteándolo desde una actitud constructiva y positiva.
Ojo, también puede ser devastadora si no se toma desde una perspectiva sana. Puede ser empleada como justificación o como "profecía autocumplida".
¡Enhorabuena por el artículo! Me ha gustado mucho y me ha parecido muy útil.