Recientemente un compañero de trabajo y amigo me pasó el siguiente link a una noticia de El Confidencial, que atrajo mucho mi atención.
En la misma se hablaba de la trayectoria de Wallapop la start-up de moda en España, fundada hace 2 años en Barcelona. Desde el punto de vista económico, se han mostrado ultraeficientes en la captación de financiación externa, levantando cerca de 150 millones de $.
Se indica en dicho artículo que la valoración de la compañía es de 219 millones de dólares, pese a que su facturación es inexistente. Siempre sorprenden estas valoraciones, sobre todo cuando no están correlacionados con los índices de facturación de una empresa, como en el presente caso donde los ingresos son inexistentes. Evidentemente, cualquiera que se haya enfrentado a un proceso de valoración sabe que ésta tiene un importante componente subjetivo. Como decía Machado, sólo los necios confunden el valor con el precio.
Para estas tareas y casos, las firmas de capital riesgo no se fían únicamente de su instinto, sino que se apoyan en cierta información que les ayuda a valorar compañías con poco pasado y mucho futuro. Las principales son, por un lado ciertos comparables ligados a los niveles de uso, usuarios y tráfico de la plataforma, que pueden cotejar con otras operaciones del sector. Y por otro lado, el potencial de la propia empresa, que se suele cuantificar a través de métodos de descuento de flujos de caja. Es decir, se tiene la creencia que en un futuro, tal vez lejano aún, la empresa, en este caso Wallapop, sí será capaz de generar cuantiosos beneficios. Seguramente cuando llegué este momento, ya habrá muchos de los inversores actuales que habrán salido de la empresa con cuantiosas primas o, esperemos que no, con cuantiosas pérdidas.
No obstante, no fue esto lo que captó mi atención de la noticia. Si no que, como moderado consumidor de televisión, llevaba unos días observando, como en horario de prime time, se anunciaban/contraprogramaban de forma casi simultánea Wallapop y Vibbo, la nueva cara de Segundamano.es. Parece que Wallapop lleva las de ganar, puesto que ha sido capaz de levantar muchos fondos y porque tiene a importantes grupos de medios como accionistas, que le “ceden” espacio publicitario en buenas condiciones. Sin embargo, Vibbo pertenece al grupo noruego Schibsted, uno de los líderes europeos de anuncios clasificados (MilAnuncios, Segundamano, Fotocasa, Coches, Infojobs…). Por lo tanto, es un competidor con recursos considerables, muy asentado, con mucha experiencia en el sector de los clasificados y que ve, no sin motivo, a Wallapop como una invasión a su negocio principal.
Parece que habrá guerra por el mercado de “la segunda mano”. La cuestión es si ganarán “los viejos leones” de internet como Vibbo, Craiglist, Ebay,… o los nuevos actores como como Wallapop, LetGo u OfferUp. Aunque tal vez todo acabe en tablas y adquisiciones cruzadas ¿tú por quién apostarías? Parece que las entidades de capital riesgo ya lo han hecho.
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